No importa la época del año, los pies deberíamos cuidarlos siempre. Es cierto que en verano, cuando los mostramos más, estos cuidados son más frecuentes, pero si nos pasamos los meses de invierno sin invertir tiempo en ellos, de nada servirá que durante el verano les prestemos tanta atención. Para lucir unos pies cuidados, es importante que los incluyamos dentro de nuestras rutinas de higiene y belleza diarias. Aspectos como el aseo o la hidratación son claves. Toma nota para saber qué aspectos son importantes para el cuidado de los pies en casa durante todos los meses del año y poniendo especial atención en los meses fríos.
El calzado y los calcetines
Sin duda alguna, una de las claves para mantener unos pies sanos es cuidar del calzado que usamos, esto es algo que podemos hacer fácilmente en el cuidado de los pies en casa. Muchas personas no suelen preocuparse por este punto, escogiendo así zapatos y zapatillas que no deberían usar bien porque son demasiado altos, apretados o incluso grandes. Esto deriva en molestias varias en nuestros pies.
Ante todo, usemos calzado de nuestra talla, cómodo y transpirable. Este último punto es esencial para poder evitar problemas de sudoración y de mal olor.
No sólo debemos prestar atención al calzado que usamos a diario, también el calzado de momentos concretos como las chanclas. Opciones como las chanclas de Surippa son un buen ejemplo, pues nos ofrecen chanclas de calidad con hasta un 28% más de amortiguación, algo que aunque no pensemos que es importante, en los meses de verano puede ser determinante para seguir cuidando de nuestros pies.
Calzado de invierno y de verano bien escogido ¿algo más? Sí, los calcetines. Debemos evitar las prendas que sean excesivamente apretadas o que estén muy ajustadas y que se fabriquen con materiales sintéticos. El motivo es que estos materiales aumentan la sudoración, el mal olor y la aparición de hongos.
Si quieres ir sobre seguro, apuesta siempre por calcetines de algodón, pues es un tejido que facilita enormemente la transpiración ayudando a conseguir unos pies frescos y secos.
Cuidado de los pies en casa
Además del calzado, que es completamente esencial, también tenemos que incluir nuestros pies en el cuidado diario de nuestro cuerpo. Este punto es importante; y es que normalmente solemos ir con prisa y no prestamos la atención necesaria a esta parte del cuerpo.
Pensamos que el agua y el jabón que cae en nuestros pies es suficiente, pero no. Hay que prestar atención y dedicar unos minutos a los pies, siempre con jabón neutro.
Si no podemos hacerlo una vez al día, podemos reservarlo varios días a la semana, pero preparar un baño únicamente de pies es una buena idea. Prepara agua caliente y añade un poco de sal gruesa. También puedes añadir sales esenciales, bicarbonato o incluso vinagre de manzana. Este baño caliente para pies no sólo te ayudará a cuidarlos, también te proporcionará una sensación de bienestar increíble.
Con este ritual rebajarás la tensión acumulada en una parte del cuerpo que sufre mucho durante el día. Además, es perfecta para poder favorecer la circulación. Eso sí, no tengas los pies más de media hora en el agua.
Tanto si se trata de un baño diario, como de un baño de pies exclusivo, dedica unos minutos a secar bien tus pies. Presta especial atención a los espacios que hay entre los dedos. Este secado minucioso ayudará a evitar la aparición de hongos.
Por último, recuerda que las durezas no se irán de un día para otro si no trabajas en ellas. Utiliza con frecuencia herramientas como piedras pómez o lijas especiales para pies. Intenta siempre trabajar en ellas cuando la piel está blanda, es decir, después de la ducha o de tus baños relajantes.
Hidratación como factor clave
No podemos olvidarnos de la hidratación; y es que este aspecto es importante para todo nuestro cuerpo, incluido nuestros pies. Si hidratamos correctamente nuestros pies, dotamos a esta parte del cuerpo de una barrera extra para poder hacer frente a durezas, callosidades e incluso a determinadas infecciones.
Esta hidratación deberíamos realizarla por las noches, pues no es recomendable hidratarse los pies y ponerse rápidamente calcetines y zapatos.
Un buen masaje de pies
Por último, si eres amante de los masajes ¿por qué no masajeas tus pies todos los días? Quizá es más complicado realizarse un masaje en zonas como el cuello, pero nosotros mismos podemos acceder de forma sencilla a nuestros pies.
Los pies son la base en la que descansa nuestro cuerpo. Esto implica un desgaste diario bastante importante. Además, en los pies se ubica un gran número de terminaciones nerviosas. Si invertimos tiempo en masajear esta zona del cuerpo, podríamos obtener beneficios que van desde la mejora de la circulación hasta la reducción de los síntomas de las piernas cansadas. Además, un masaje en los pies favorece el sueño.
Masajea tus pies con una buena crema hidratante por las noches, antes de ir a dormir, con un movimiento circular y suave. Notarás muy pronto los resultados.