El proceso de relajación después de realizar un entrenamiento es tan importante como la propia práctica de ejercicio. Las piernas y los pies se someten, durante horas, a una carga física de alto nivel. Con la relajación se reducen los riesgos de lesiones y se potencian las capacidades de los músculos, ya que esta fase debe ser asumida como una parte más del entrenamiento, debido a sus ventajas y beneficios para el cuerpo.
Estiramientos
La primera acción que se debe realizar tras una sesión de deporte es la de estirar. Los estiramientos son imprescindibles para prevenir daños físicos, ya que la tensión a la que se exponen las articulaciones y los músculos previamente ha sido alta. Hay varias acciones que cumplen con este objetivo, en las que se activan a la vez tanto las piernas como los pies. Para los segundos, las acciones con pelotas también pueden servir de gran ayuda. Se utiliza una bola de tenis, que se coloca debajo del pie, y se realizan presiones hacia abajo y movimientos circulares. Es un estímulo para los músculos y otra vía para rebajar la carga de trabajo.
El agua es un buen aliado para el aflojamiento de los músculos, ya que los suaviza y devuelve a su estado natural. En ese sentido, es una buena idea remojar los pies y las piernas en agua, que debe estar a una temperatura media. Veinte minutos es suficiente para reducir la tensión. En este proceso también se puede optar por hacer rápidas transiciones con agua fría, que es un remedio óptimo si se quiere acelerar el proceso de la reactivación de la circulación. Frotar con una toalla ayuda en este objetivo.
Masajes
El masaje es otra de las soluciones para la recuperación de las piernas y los pies después de entrenar. Hay opciones que son fáciles de entender y sencillas en su aplicación, asumibles por cualquier persona. Después del paso por el agua, se pueden aplicar productos como aceites especiales para esta función, antes de presionar con los pulgares sobre las diferentes partes del pie. Esta acción es repetida sobre las piernas. En ambos casos, la sensación de alivio es inmediata. El masaje puede durar durante unos cinco minutos, tiempo suficiente para que la rigidez y tensión habituales tras la actividad deportiva se eliminen y el cuerpo recupere así su posición previa.
La posición de las piernas es otro factor significativo en este proceso. Es recomendable descansar, durante unos minutos, con ellas en una posición elevada. Quizá nos podemos tumbar o sentar y colocarlas en alto, sobre un cojín. Esta elevación de las extremidades facilita la circulación de la sangre, por lo que el esfuerzo del corazón se reduce, una situación óptima tras realizar ejercicio físico, en el que este órgano vital ha sido más exigido de lo habitual.
Alimentación correcta y equilibrada
Pensar que la alimentación adquiere aquí un papel secundario es un error. La recuperación del cuerpo entero, con especial atención a piernas y pies, tras practicar deporte también pasa por consumir los alimentos adecuados, tanto en las horas inmediatamente posteriores a la práctica de la actividad como al día siguiente. En general, una dieta correcta es fundamental durante todos los días del año, si el objetivo es mantener en un óptimo estado al organismo. Productos como los carbohidratos, las grasas de calidad o las proteínas ayudan a una rápida relajación muscular, además de una alta ingesta de agua.
Buen calzado
El calzado utilizado en la fase post-ejercicio es otro elemento importante en la recuperación. El uso de chanclas es una buena idea, sobre todo si éstas son de calidad y han sido desarrolladas para este fin específico. Los modelos Surippa son el mejor ejemplo de cómo unas chanclas pueden facilitar el aflojamiento de los músculos después de pasar varias horas haciendo deporte. Están producidas con la tecnología Dynergy, que cuenta con un sistema de Ondas 3D que consiguen una amortización doble en cada pisada, de manera que el efecto de cada movimiento se mitiga a la vez que favorece el reposo de las articulaciones. Su amortiguación es hasta un treinta por ciento mayor que los tipos convencionales, lo que se traduce en una absorción y neutralización de los posibles impactos y presiones que se producen cuando caminamos. La sensación que obtiene la persona es la de recibir un pequeño masaje en los pies.
Las chanclas Surippa son, por tanto, ideales para la vuelta a la calma y se pueden utilizar en todo tipo de contextos. Para estar por casa, andar por la calle o en la piscina y la ducha; este tipo de calzado es cómodo y resulta de gran utilidad en el objetivo de la recuperación posterior a la práctica de la actividad deportiva.