Los pies son una de las partes del cuerpo que más trabaja cada día, se encargan de sostenernos y de permitirnos movernos de un lugar a otro, por eso es tan importante mantenerlos en las mejores condiciones posibles. Hay muchas circunstancias que pueden provocar molestias: pasar muchas horas de pie en el trabajo, el sedentarismo, un calzado inadecuado, la obesidad, la mala circulación, el estrés, hacer un sobreesfuerzo y otras actividades cotidianas pueden hacer que los pies se resientan y aumente el cansancio, la pesadez o incluso que haya dolor.
¿Cómo remediar los pies cansados?
Los pies necesitan una serie de atenciones y cuidados constantes, por eso, para prevenir y solucionar un problema de pies cansados, una dolencia muy común, toma nota de estos consejos y aplícalos cuando te haga falta, notarás cómo mejora la salud de tus pies.
Pon los pies en alto
Una de las mejores cosas que puedes hacer al llegar a tu casa es descalzarte y mientras te sientas en el sofá o te echas en la cama mantener los pies en alto. Puedes ponerlos sobre una silla, colocar un cojín o una almohada, e incluso puedes levantarlos y estirarlos sobre la pared. De esta manera se consigue activar la circulación sanguínea y mejorar la oxigenación de las piernas y pies.
Haz baños de agua salada
Si sientes molestias en los pies, saca 20 minutos de tu tiempo para ponerlos en remojo. Tan solo tienes que usar un barreño y colocarlo en la ducha o llenar directamente la bañera de agua tibia con un poco de sal marina, la temperatura templada favorece la circulación de la sangre.
Si quieres, además de sal, puedes añadirle algún aceite esencial de plantas como la lavanda, el árbol de té o la salvia y cuando termines, recuerda secarte muy bien los pies.
Estos baños de agua templada y sal puedes hacerlos varias veces, pero te recomendamos que lo hagas al final del día, antes de acostarte, cuando ya hayas finalizado la jornada laboral y las tareas de la casa y puedas relajarte.
Usa un buen calzado
Un factor muy importante para que los pies se mantengan sanos y no nos causen ningún tipo de molestia es usar un calzado de buena calidad. A veces no se le da importancia al tipo de zapato que nos ponemos y eso es un grave error, ya que contribuye directamente a la aparición de problemas y dolencias en los pies.
Evita un calzado que te quede muy apretado, con la puntera muy estrecha o los tacones de más de 4 centímetros y comprueba que tiene una suela que amortigua la pisada. También debes asegurarte de que te pones el calzado adecuado para cada ocasión, sobre todo a la hora de practicar deporte.
Camina con los pies descalzos
Las plantas de los pies tienen una gran cantidad de terminaciones nerviosas, por eso es importante activarlas pisando sobre diferentes superficies como la arena de la playa, el césped, una alfombra o el suelo de casa. Acostúmbrate a caminar sin calzado al menos media hora cada día.
Masajea tus pies
Para aliviar los pies cansados no hay nada mejor que un relajante masaje. Aplica una crema específica para esta zona del cuerpo realizando movimientos circulares hasta que el producto penetre totalmente en la piel. Haz una ligera presión en la planta del pie y pasa los pulgares desde el talón hasta llegar a los dedos intentando descontracturar las articulaciones y movilizar los músculos. De esta forma no solo conseguirás aliviar cualquier molestia, también tendrás unos pies hidratados y más suaves.
Practica estiramientos
Hay algunos sencillos ejercicios que pueden aliviar los pies cansados y para los que sólo necesitas unos minutos. Estos estiramientos puedes hacerlos en casa sin ninguna dificultad. Para empezar, agarra los dedos de tus pies con las manos y doblalos con delicadeza hacia el empeine. Para continuar puedes hacer movimientos circulares con los pies, primero rotando hacia dentro y después rotando hacia fuera. Otro ejercicio es sentarte en el suelo y ayudándote de una cinta elástica, una toalla o un cordón llevas el pie a la espinilla flexionando el tobillo. Si tienes una pelota pequeña de goma o de tenis, puedes pisarla con la planta del pie y hacerla rodar hacia delante y hacia atrás cubriendo toda la superficie.
Como ves, estos consejos son muy fáciles de llevar a cabo en casa, con cosas que tienes a mano y tan solo dedicándoles unos minutos cada día. Si las molestias persisten, lo mejor es que consultes con un podólogo para que pueda valorar tu problema y haga un diagnóstico y en el caso de que sea necesario también prescriba un tratamiento.