A la hora de escoger un calzado no solo tenemos que pensar en cómo nos va a quedar, sino el tipo de material con el que está hecho y si nos será muy complicado mantenerlo.
Las chanclas, a pesar de que todo el mundo las asocia a los meses de verano, también se pueden comprar durante el invierno, en esos meses que parece que no las vamos a usar pero que tienen buena utilidad. Teniendo la posibilidad de ir a la playa si viajamos o si vivimos en un clima cálido, a practicar alguno de los deportes de agua como el surf o a la piscina a nadar, ¿por qué no te ibas a hacer con un par?
Pero las chanclas, como cualquier calzado, no solo se manchan, sino que además pueden ser un foco de mal olor. Además, el uso continuado con el calor y la humedad pueden producir bacterias que desarrollen enfermedades en los pies. Para evitarlo, es esencial limpiar el calzado regularmente. Y también para prolongar la vida útil de tus chanclas.
¿Cómo podemos limpiar nuestras chanclas correctamente?
Antes de hablar de la manera en la que podemos limpiar las chanclas para que queden como el primer día, debemos saber que hay distintos modelos en el mercado según su material de fabricación, y será mucho más sencillo hacernos con los pasos correctos para el cometido.
Cómodas como requisito indispensable para muchos, la idea es que luzcan siempre limpias y que, además, tampoco nos cueste demasiado el hecho de conseguir que salgan relucientes pero, ¿realmente es tan sencillo? A continuación, para que estés al tanto, te dejamos con unos pasos a seguir muy concretos:
Chanclas de goma
La mejor opción para limpiar unas chanclas de goma evitando que se estropeen será la de sumergirlas en un cubo con agua y detergente durante, al menos, una media hora más si estuvieran muy sucias.
Una vez hecho esto, las enjuagamos y usaremos una esponja de tacto blando para frotarlas.
Cuando terminemos de frotar con la esponja, aclararlas volviendo a introducirlas en el mismo balde con agua durante otros 30 minutos más. Y repetiremos este proceso de mojado y frotado hasta que estén completamente limpias. Una vez lo estén, tan solo habría que dejarlas secar al aire libre.
No las metas en la lavadora, se podrían estropear las chanclas y las suelas.
Chanclas de tela
También lavables a mano o a máquina, las chanclas de tela son las que pueden tener manchas más difíciles de quitar y es que, solo con saber que tienen el mismo tejido que un pantalón, ya nos hacemos a la idea de por qué vamos a tener que frotar un poco más o armarnos de paciencia durante el proceso.
Con cepillo pequeño, por ejemplo, podremos eliminar las manchas de grasa mientras que con uno de dientes rascar las ranuras o bordes en los que hay suciedad que no termina de salir y que, ni siquiera con el mejor lavado en la lavadora tendríamos esa suerte. Ahora, gracias a que hay tantos productos efectivos, ¿crees que te será tan complicado conseguir el cometido?
Chanclas de piel
Si has comprado unas chanclas de piel, a la hora de limpiarlas, lo primero que te recomendamos es que elimines la suciedad más superficial con ayuda de un trapo ligeramente humedecido en agua. Después, aplica leche limpiadora facial con ayuda de un algodón para que vaya saliendo toda la suciedad y se uniformice toda la superficie. Una vez hayas repasado toda la piel y se haya secado, puedes aplicar una crema protectora específica para calzado de piel para que tus chanclas permanezcan más tiempo como nuevas.
Cualquiera de ellas también puedes pulverizarlas con unas gotas de árbol del té que sirve de fungicida y elimina el olor.
Las chanclas Surippa
Puede que sea importante saber cómo limpiar las chanclas que nos hemos comprado pero hay algo que, seguramente, nos preocupe mucho más; por qué hacerse con esas que no hacen daño a los pies y con las que podemos andar durante horas casi sin notarlo.
Surippa, como firma que ha lanzado al mercado uno de los mejores modelos para nuestro pie, encabeza las listas de compra que todos conocemos. Su tecnología Dynergy, hace que la pisada quede completamente amortiguada. Esto, que vale para que no nos caigamos al suelo, es un detalle que debemos valorar desde el primer día. Cómodas gracias a su ergonomía y con buena distribución para las presiones, seguro que tú también te alegras de haberte hecho con un par en el futuro.
Las chanclas, que son más fáciles de limpiar de lo que pensamos, se establecen como uno de los calzados más cómodos que podemos tener en casa. Con buenos elementos de fabricación, aunque estemos en invierno, hacernos con un par supone que ya tendremos zapatillas para el verano, que los días de piscina vendrán acompañados de amortiguación para nuestros pies y buena comodidad.
En definitiva, lavar las chanclas de hombre o mujer no tiene ningún misterio y es que, teniendo en cuenta el material con el que están hechas y la frecuencia, no tendremos ningún problema pero sí que nos será posible lucir el par que compramos como el primer día. ¿Te animas?